Una apuesta muy alta

Abrumada por la huelga que han iniciado los obreros, y necesitada de dinero para hacer frente a sus indemnizaciones tras el accidente en la fábrica, Diana se ve en la necesidad de plantear a sus hermanas hipotecar la casa. Las reacciones son diversas; Celia le ofrece su apoyo pero el resto ha de reflexionar. Elisa, que considera que es una mala idea, se lo cuenta a su marido, quien en cambio lo ve como una buena oportunidad. Además, la pareja se vuelca en consolar a Sofía, ya que Carlos ha partido hacia la guerra.

Mientras, Úrsula y Gabriel siguen guardando el secreto sobre la muerte de Damián, a pesar de que la joven se siente muy culpable y desea confesarse para quitarse ese peso de su conciencia. Cristóbal sugiere a Andrea que integre el programa de Damas enfermeras. Blanca la entrevista y se muestra dispuesta a ayudarla, pero le pide a Tristán que averigüe algo más de ella; lo que descubra, le sorprenderá.

Elpidia sigue recibiendo anónimos, esta vez, con rosquillas. Teme que sea el jardinero, hombre que no es en absoluto de su agrado. Celia se encuentra con Cata en una manifestación a favor del sufragio femenino y acaban en el calabozo; Cata está herida. Pide ver a Velasco, pero la reacción de este no será la que espera. Don Luis, por su parte, sigue insistiendo en que el niño que hay en casa Silva es su hijo, por mucho que le digan que es un familiar de Salvador.

Blanca consigue gracias a Tristán una falsificación de la partida de nacimiento, con tan mala suerte que Don Luis recibe la auténtica de manos de Benito, que ha sido azuzado por Marina contra la familia Silva. Ahora tiene la prueba: han de devolverle a su hijo…