Bajo presión

La Escuela de Carmen Arranz abre sus puertas un año más. Es el momento de que los antiguos alumnos recuperen su rutina mientras que cientos de candidatos tendrán que pasar las pruebas de ingreso. Entre los aspirantes está Marta, una joven con notables aptitudes para la danza muy interesada en poder hablar con Adela. Durantes las pruebas la profesora de danza clásica no ha parecido reconocerla, pero cuando se encuentran frente a frente se da cuenta de que se trata de su hermana, con quien no tiene contacto desde hace once años.

Juan e Ingrid continúan con su romance pese a las previsiones de la gran mayoría. La pareja, que está en actitud cariñosa en la habitación del profesor, es sorprendida por Carmen. La directora, que no está dispuesta a admitir estos comportamientos dentro de la escuela, deja pocas opciones a Juan.

Diana ataca a sus alumnos por haberse descuidado durante los meses de verano, así que les da un ultimátum: o demuestran estar en forma o no dudará en hacer repetir primero a quienes no lo estén. Los alumnos se ponen de acuerdo para que nadie destaque por encima de los demás, pero a la hora de la verdad Rober y Pedro rompen la baraja, con lo que cada uno empieza a hacer lo que puede para salvarse. Las afectadas serán Ingrid, Silvia y Luisa, y no todas encajarán igual de bien el golpe.

Las clases tienen que empezar y la escuela no tiene profesora de canto, Claudia se ha dado de baja en el último momento después de conocer al hombre de su vida. La seleccionada para ocupar el puesto es Cristina, que rápidamente empieza a impartir sus clases. Sus métodos, muy diferentes a los que estaban acostumbrados, sorprenden a los alumnos.