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La sala de urgencias del hospital County de Chicago, que es un hospital universitario, se encuentra en alerta al presentarse allí las víctimas del derrumbe de un edificio cercano. Los residentes e internos se ponen en marcha para atender a los heridos y a los otros pacientes, además de tratar sus propios problemas personales.

La doctora Susan Lewis tiene que controlar a un paciente que sufre de cáncer y se encuentra muy frágil emocionalmente. Después de una tremenda borrachera, el guapo pediatra Douglas Ross vuelve al trabajo y tiene que enfrentarse a una madre sospechosa de estar abusando de su hijo. Debido a la falta de personal de servicio, el doctor Peter Benton, un residente de cirugía de segundo año eficiente y muy seguro de sí mismo, se ve obligado a realizar una importante operación para la que quizá no esté preparado. No obstante, consigue salvarle la vida al paciente. El inexperto estudiante John Carter, tiene que tratar varios casos urgentes durante su primer día en urgencias.

En mitad del caos, el doctor Mark Greene, jefe de residentes, recibe una atractiva oferta de trabajo en una prestigiosa clínica privada. No le queda más remedio que elegir entre quedarse en el hospital, rodeado de compañeros y amigos, o hacer caso a su mujer y aceptar el nuevo empleo, que le permitirá pasar más tiempo con su familia. Aunque se siente comprometido con el hospital, le preocupa el efecto que su decisión podría tener en su familia.

Mientras tanto, se hace obvia la atracción que Ross siente por la enfermera Carol Hathaway. Ambos salieron juntos durante un tiempo, pero la relación no funcionó y ahora Hathaway sale con un médico ex futbolista. Horas después de que Carol se marche a casa después de acabar el turno, tiene que regresar al hospital, pero esta vez en ambulancia. Su nueva compañera de piso la ha encontrado inconsciente y todo parece indiciar que se ha tomado una sobredosis de pastillas y se encuentra en estado crítico. Nadie sabe qué motivos podría tener para intentar suicidarse.