Con las manos en la masa

Después de la particular declaración de Diego, Adriana, nerviosa y confusa, trata de hacerle ver que entre ellos no puede haber nada, aunque reconoce que él es un hombre interesante. Las palabras de la mensajera engordan el ego del Diego que considera que está a punto de conseguir su objetivo. Sin embargo aún quedan los últimos pasos y el comentario de Adri empuja a Diego a intensificar el espionaje en su casa para terminar de conquistar a la joven con oscuras estratagemas.

Por su parte, Roberto aborda una nueva investigación sin la ayuda de Be. En esta ocasión, el redactor jefe de Bulevar 21 tratará de descubrir lo que hay detrás de la contaminación de un río en un pueblo de la sierra causada por la fábrica Temptex. Sin embargo, desbordado por el trabajo, Roberto se ve obligado a contar con la becaria para una gestión: averiguar quien es el dueño de Temptex. En esta ocasión, el trabajo no será tan agradable y gratificante como en el caso Escobar ya que Be y Roberto aprovechan la coyuntura laboral para lanzarse puyitas.

Mientras, la relación entre Alicia y Be parece que va por buen camino. La madre de la becaria se presenta en Bulevar y entrega el préstamo para su matrícula en la universidad. La sintonía entre ambas es cada vez mayor, debido a que Alicia ve con muy buenos ojos que su hija quiera acabar la carrera.Sin embargo, un descubrimiento para el nuevo reportaje de Roberto pondrá en peligro esa relación.

Siguiendo las indicaciones del periodista, Be descubre sorprendida que Temptex pertenece a Aceros Berlanga, la empresa de su madre. El deber o la buena relación con su madre. Be se encuentra en una encrucijada y cuando Roberto vuelve de investigar en el pueblo, Be duda si revelar que Alicia es la dueña de Temptex.

Por otro lado, y obedeciendo a Diego, Olarte entra en casa de Adriana a escondidas y revuelve su habitación buscando datos sobre la mensajera. Al escuchar que ésta y Benito entran en la casa, Olarte se esconde en el baño y es descubierto por Benito que le reprocha seguir las órdenes maquiavélicas de Diego.

Cuando Adriana baja a comprar, Benito deja que Olarte se marche y aprovecha para ordenar el cuarto de Adriana. Sin embargo, el remedio será peor ya que Adri le sorprende con unas bragas suyas en la mano. Benito intenta justificarse pero su actitud resulta demasiado sospechosa para Adriana.