Alejandra es secuestrada por Iker

Iker le pide a Alejandra su herencia a cambio de ver a Uriel con vida, pero también es capturada y sometida por el hijo de Amador, quien intenta abusar de ella frente a Uriel.

Arturo ve que Aníbal besa a Isabel por la fuerza y comienza a recordar el momento en ella llegó a su casa.

Los hombres contratados por Amador llegan al hotel para llevarse a Olga, pero ella logra escapar con ayuda de Daniel, ahora está a salvo, pero él le pide que le diga quién fue el asesino de Carolina, en cuanto le dice que el responsable es Amador, Daniel enfurece.

Rodolfo continúa jugando y perdiendo dinero en el centro nocturno de Carlos, acude a él para pedirle que lo ayude, pues la deuda ya es muy grande, Carlos acepta prestarle dinero, pero será a un precio muy alto.

En la cárcel, Renato es apuñalado por órdenes de Iker, el hombre que lo hiere le dice que a los amigos no se les traiciona.

Itzel entra a la cabaña donde duerme Sergio, mientras duerme lo escucha llamar a Isabel y descubre que está enamorado de ella.

Amparo le muestra a Arturo una fotografía de la familia que han formado, él le agradece por estar al pendiente de su salud y de todo lo que sucede en su casa, ella le recuerda la promesa que se hicieron en el altar asegurándole que lo ama.

Uriel le pide a Iker que deje ir a Regina. Más tarde Alejandra recibe la llamada de Iker, le pide su herencia a cambio de la vida de Uriel y Regina, ella acepta, pero le advierte que los quiere vivos. Cuando Alejandra llega para entregar el dinero, Regina baja de una camioneta, pero Alejandra se sube con la intensión de llegar hasta donde tienen capturado a Uriel.

Itzel le pide a Sergio de que no se vaya de la comunidad, le asegura que lo quiere mucho y no quiere que se vaya. Cuando Sergio estaba a punto de recoger sus cosas, es mordido por una víbora dejando en peligro su vida, pero Itzel le brinda todos sus cuidados y poco a poco logra regresarlo a la vida.

Arturo tiene nuevos recuerdos, esta vez llega su memoria cuando llevó por primera vez al aserradero a sus tres hijos.

Blas regresa, busca a Alba para decirle que ya no es necesario que lo llamen padre, pues renunció a sus hábitos. Blas no se va a rendir y se va a quedar en el pueblo para luchar por Alba y su hija.