El 18 de junio de 2015, nueve personas eran asesinadas en un tiroteo en una iglesia afroamericana de la región de Charleston, en Carolina del Sur (Estados Unidos). El trágico evento, que fue calificado por el jefe policial de la zona como un "crimen de odio" por motivo de racismo, conmocionó a todo el país por lo violento y premeditado del delito perpetrado contra la comunidad.
Pocos días más tarde, se celebraba un funeral en honor al reverendo Clementa Pinckney (fallecido en la masacre) al que asistía el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. El político, visiblemente emocionado, pronunciaba un discurso en homenaje a las víctimas del fatídico crimen racista. Sobre el reverendo, el político mencionaba que fue "un hombre que creía que había mejores días por delante, en la distancia. Un hombre de servicio que perseveró a sabiendas de que no recibiría todas esas cosas que le prometieron, porque creía que sus esfuerzos proporcionarían una mejor vida para los que siguieron".
Poco después, el político sorprendía a los allí presentes entonando los primeros acordes de la canción "Amazing Grace", un tema a menudo cantado en las iglesias afroamericanas. Nada más comenzar, los asistentes sonreían, aplaudían y se levantaban de sus asientos para unirse al presidente en el emotivo momento que conmovió a la multitud.