Programa relacionado
La cuarta gala de 'Supervivientes 2020' tuvo una protagonista indiscutible: Rocío Flores. La concursante tuvo que hacer frente a varias discusiones con sus compañeros mientras se despedía de Ana María Aldón, su abuelastra, con la que no ha tenido una relación demasiado cercana durante el concurso. Los espectadores llevan semanas preguntándose por qué la mujer de Ortega Cano no defiende a la joven en sus conflictos y ambas resolvieron este jueves la incógnita.
Tal y como explica Alejandra Castelló en su diario de 'Supervivientes', Ana María pretendía dejar libertad a Rocío para que llevase su concurso en solitario, si bien la nieta de Rocío Jurado reconoce que ha echado en falta algo más de apoyo en sus múltiples frentes abiertos. Uno de ellos es el que tiene con Fani, antes su amiga, con la que está decepcionada después de que esta le tachase de vaga. En este sentido, la joven Flores afirma que ella no está en Honduras por el dinero sino por la experiencia, palabras que se han puesto en duda dado el alto caché que recibe cada semana.
Sea como sea, Rocío está cumpliendo con las expectativas y ya ha empezado a hablar de sus conflictos familiares y de su mala relación con su madre, Rocío Carrasco. Orgullosa de haber tomado parte por su padre, Antonio David Flores, en los últimos días ha desvelado algunos de los episodios más duros que se vivieron en ese hogar.