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La gala de 'Supervivientes: Tierra de nadie' estuvo protagonizada por el puente de las emociones de Lola y de Tom Brusse, lo cual ayudó a enganchar a la audiencia para adentrarse en la vida de los dos concursantes. Por un lado, Lola habló del odio del que había sido víctima tras su paso por 'La isla de las tentaciones', sufriendo mensajes en los que le pedían que se muriera o se suicidara.
Estos mensajes llevaron a la concursante a una depresión por la que necesitó acudir a terapia. La ayuda de su familia fue esencial, así como la de su novio. Sin embargo, también tuvo que participar en una terapia de pareja con él, ya que por lo ocurrido en el dating show no confiaba en ella. Por otro lado, Lola lamentó no haber estado del todo bien cuando su madre padecía cáncer, ya que le pilló en una época en la que coqueteaba con las drogas.
En el caso de Tom Brusse, este tampoco sentía haber pasado todo el tiempo que debía con su madre, algo de lo que se culpaba después de su fallecimiento. Además, también confesó haber traicionado a Sandra Pica en dos ocasiones: una con Melyssa Pinto y otra con otra mujer no hacía mucho tiempo.
Por último, en plató volvió a estar presente Rocío Flores, quien mostró una actitud menos altiva y a la defensiva que en las últimas semanas. Incluso llegó a hablar de Rocío Carrasco y expresar que se alegra de que la comparen con ella, ya que su madre es muy guapa. Una de las razones de este cambio de actitud podría deberse a la presencia de Marta López, una de sus más allegadas.